El Reglamento elDAS define la firma electrónica avanzada y la firma electrónica cualificada, como aquellas que deben cumplir con una serie de requisitos a la hora de realizar la rúbrica. Sin embargo, considera que una firma electrónica es simple cuando el sistema es capaz de asociar de manera lógica diferentes datos en formato electrónico.
Se trata de un método que difiere de las características de seguridad y validez legal que aporta una firma electrónica avanzada, ya que no permite la identificación precisa del firmante y no garantiza la integridad del documento.
¿Cómo funciona?
La ejecución de una firma electrónica simple es adecuada para escenarios en los que la identificación del firmante no es esencial, cuando es necesaria una confirmación rápida o cuando tratamos un documento de bajo valor legal. Estos son algunos de los casos de uso de una firma electrónica simple:
Documentos internos: Formularios de recursos humanos, acuerdos entre departamentos o comunicaciones internas.
Aprobación de correos electrónicos: Validación de la autenticidad de un correo electrónico, especialmente en casos donde se necesite una respuesta rápida.
Formularios en línea: Confirmaciones de identidad o consentimientos a ciertas acciones, como suscripciones a boletines informativos o inscripciones en eventos.
Autorizaciones simples: Confirmación de la recepción de paquetes de mensajería o servicios de entrega, firma de albaranes o recibís.
Documentos educativos: Evaluaciones por parte de los estudiantes o confirmación de asistencia.
Comunicaciones personales: Firma de correos electrónicos o documentos compartidos en entornos personales, como contratos de alquiler entre particulares.
Adicionalmente, el sistema realiza una petición automática a un Prestador de Servicios Cualificado (PSC) para que aplique un sellado de tiempo electrónico o “Time Stamp” sobre los documentos firmados por los usuarios, lo que garantizará el momento exacto en el que se llevó a cabo la firma del documento.